Hogar En Cristo

Sabemos que la causa general por 
la cual la familia en la sociedad, 
está pasando por problemas 
y en algunos casos destruyéndose; 
es: Porque no toman en cuenta las normas de Dios. 
Y esto no es de extrañar, 
pues las ignoran porque nunca les han sido enseñadas.


*Edificando Nuestro Hogar en Cristo*

Lo que verdaderamente es alarmante es que vemos que gran cantidad de parejas que se podrían considerar cristianas, porque asisten a una congregación. Están pasando por los mismos problemas, aun cuando dicen conocer a Dios. La causa de esto es que no se construye sobre los mandamientos y consejos la palabra de Dios.

En nuestros tiempos cada parte de la pareja llega al matrimonio con cantidad de ideas y costumbres, que no tienen nada que ver con la vida cristiana y aunque de momento para ellos es lo más normal; con el tiempo puede ser la causa de la destrucción de su matrimonio.

I.- EDIFICA CON SEGURIDAD
Sal. 127:1 (leer)

Como vemos Dios debe ocupar el lugar principal dentro de la familia. No como un artículo de tocador o como el doctor que solamente se le busca, cuando se requieren sus servicios.



Adán y Eva cuando estuvieron en el paraíso, mientras ellos vivieron de acuerdo a los mandatos de Dios, no tuvieron problemas; su vida fue tan estable que la escritura nos da pocos detalles de cuales fueron los acontecimientos que sucedían, sin embargo, sí podemos ver que tenían una estrecha comunión con Dios. Gen. 3:9 La presencia de Dios estaba continuamente con ellos.



Dios debe ser para nosotros como el sol lo es para los planetas. Estos se encuentran girando alrededor de él, cumpliendo un ciclo vez tras vez. Porque si alguno se saliera del curso fijado por Dios, terminaría causando un caos a todo el sistema. De igual sucederá con nuestro matrimonio o familia si nosotros nos salimos del orden establecido por Dios. Si Dios es el centro de mi vida familiar, influirá en:


A)  La decoración de la casa. 
¿Qué es lo que adornan mis paredes? Deut.6:6 “Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón: 9 Y las escribirás en los postes de tu casa y en tus puertas.”

Toda la decoración de la casa debe ser influenciada por nuestra relación con Dios. No quiere esto decir que forzosamente tienes que tener puros cuadros bíblicos, sino en cuanto a lo decente y decoroso. 

B) Influye en el tipo de diversión(1 Cor. 10:23-24) (Fil 4:8)

C) Influye en la forma de vestir.
Tanto en el hombre como en la mujer. ¿Vistes conforme te va llevando la moda, o verdaderamente en lo que es propio y decente?  (1 Tim. 2:9)

1 Tes. 4:6 “Ninguno agravie ni engañe en nada a su hermano. En este texto la palabra griega usada como agravie es: HUPERBAINO que significa: pasar el límite que separa la castidad.

En otras palabras más fáciles significa “provocar deseo sexual en otro”. Muchas señoritas no entienden como hizo Dios al varón. El hombre se excita sexualmente por lo que ve y por lo tanto una muchacha debe tener mucho cuidado de cómo viste. Debe de hacerlo de tal manera que no provoque deseo sexual en los que la ven. 


Esto no quiere decir que tiene que vestir como su abuela del siglo pasado, pero sí de una forma decente.



Si ella se viste de una forma provocativa, es tan culpable del pecado de fornicación mental, como el joven con pensamientos pecaminosos. Mat. 5:27-28 27 Habéis oído que fue dicho: No cometerás adulterio. 28 Pero yo os digo que todo el que mira a una mujer para codiciarla ya adulteró con ella en su corazón.

D) Dios influye en el área cultural
(Música, lectura, etc.) (Mat. 6:22)
A lo que nosotros le prestemos atención quedará gravado en nuestra mente para toda nuestra vida. Por eso debemos tener mucho cuidado con el tipo de literatura o música que veamos o escuchemos. Sal. 101:3 “No pondré delante de mis ojos cosa injusta”.Si queremos llegar a formar un matrimonio que permanezca hasta que la muerte nos separe, debemos vivir de acuerdo a las normas y consejos de Dios en la Biblia.

II.- EDIFICA CON PRIORIDADES
DIOS

LA FAMILIA.
EL TRABAJO.
EL MINISTERIO.



Después de Dios la familia ocupa el lugar más importante dentro de nuestras relaciones, y si está en tal posición nosotros debemos darle la importancia necesaria. 



Si eres soltera debes tomar en cuenta lo siguiente: Cualquier persona que desee tener un buen trabajo debe hacer lo posible para prepararse bien con el fin de obtenerlo. Tú puedes notar en el mundo secular, que no cualquier persona puede ejercer el puesto de médico, sino solamente aquel que estudió para ello, y de todos los que estudiaron, los que obtienen los mejores lugares entre la clientela, son los que mejor se prepararon.



Esto podemos verlo en cualquier oficio en lo natural. Lo que quiero hacerte notar; es que si, le damos tanta importancia al desarrollo del trabajo que ocupa el tercer lugar en nuestra lista de obligaciones; con mayor razón debemos darle lugar a la preparación para obtener el mejor hogar y matrimonio.



Desafortunadamente vemos que muchas personas entran al matrimonio con una preparación mínima o nula, y por eso tienen problemas con el tiempo, eso va más para el varón, no que la mujer no tenga el derecho a prepararse académicamente, sino que el varón es la cabeza del hogar y al cual Dios le ha dado la tarea de proveer.



El matrimonio, no es un juego, es tal vez la segunda decisión más importante para nuestra vida, porque de ella depende con quién viviremos hasta que la muerte nos separe.



1 Cor. 7:10-11 El apóstol Pablo nos dice: “A los que están unidos en matrimonio, mando, no yo, sino el Señor: Que la mujer no se separe del marido; y si se separa, quédese sin casar, o reconcíliese con su marido; y que el marido no abandone a su mujer.

En 1 Cor. 7:39 “La mujer casada está ligada por la ley mientras su marido vive; pero si su marido muriere, libre es para casarse con quien quiera con tal de que sea en el Señor”.


En Mat. 19:4-6 Jesucristo dijo: “¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo, y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne? Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre”.


*ETAPAS PARA EDIFICAR UN MATRIMONIO ESTABLE*

1. El romanticismo                   3.- El Sexo                   5.- Finanzas
2. La Comunicación                  4.- El Respeto


Algunos creen estar enamorados de una persona porque llena sus requisitos en cuanto a lo material. Como cuando le dicen a la joven: -“Te conviene, es ingeniero o está bien acomodado”.

Tal vez muchos de los que se casaron, lo hicieron pensando que estaban profundamente enamorados, cuando lo único que había era atracción física, o comodidad material, y con el paso del tiempo ninguna de esas dos cosas, terminaron dando la satisfacción que esperaban.


Si somos sinceros, nos daremos cuenta que el amor no es lo que pensábamos que era en nuestros años de adolescencia. Es mucho, mucho más. Por eso debemos aprender el verdadero significado del amor. 



Una relación amorosa sana tiene muchas caras, e implica la personalidad completa de la pareja: El aspecto físico, social, intelectual y espiritual de ellos.

Cuando el amor está basado en la belleza física, en la atracción sexual, y en la comodidad material; no durará mucho.

Muchas veces, uno se da cuenta que un matrimonio se está desbaratando y que son personas atractivas, y uno sin conocerlos piensa: -Tan atractivo/a ¿qué más quiere? (ejemplo de cambio por otro mas feo).

Cuando uno se casa; no se casa con un cuerpo, ni con una cosa; sino con una persona. Cierto que la atracción física juega un papel importante en cuanto a amar al individuo completo, sin embargo, para que crezca un amor maduro, esa atracción física no debe suplir los otros aspectos de la persona.

III.- EDIFICA IDENTIFICANDO CORRECTAMENTE LAS FORMAS DE  AMOR
Los que están maduros, si son sinceros, nos daremos cuenta que el amor no es como lo pensamos en nuestros años de adolescente.

En la Biblia encontramos varias palabras que nosotros las hemos definido y unido como una sola: ¡amor! pero que en el idioma original, cada una de ellas hablan de diferentes formas de relación con las personas, nosotros veremos. Agape, Fileo y Eros.

Hablaremos de estos tres tipos de amor que los uniremos a las necesidades de un hombre o una mujer, ya que el hombre es un ser tripartito: Espíritu, alma y cuerpo. Y cada una de las partes del hombre necesita su tipo de amor correspondiente.
FILEO: Es el amor que manifiesta aprecio hacia otras personas. Es un amor que nace sin mucho esfuerzo, por ejemplo el paisano encontrado en otra ciudad. (Es el que llega al alma, amor sentimental que nos une cuando somos de un mismo parecer).
EROS:  Es el amor que desea a su cónyuge para relacionarlo consigo mismo y no compartirlo. Este amor es emocional, y para estar al máximo de su valor dependen de como se le alimente.


AGAPE: Es el amor que reúne las características de Dios, es un amor que busca el bienestar de los demás, sin esperar nada a cambio; no es emocional; esto quiere decir que no sube o baja de acuerdo a las circunstancias que nos rodean.

Cuando la Biblia dice que Dios nos amó a nosotros, siendo aún pecadores, usa la palabra griega ágape. Su amor para nosotros, no depende de nuestro comportamiento. En el matrimonio, una mujer que decide amar a su marido, independientemente del comportamiento de él, lo puede hacer únicamente si está conectada a esta fuente de Amor. (Alimenta el espíritu de una persona).


El perfecto amor no es un enamoramiento de adolescente, ni siquiera una atracción sexual, por muy importante que esta sea. Es algo más que eso. (1 Cor. 13:4-7) Leer



*LA MUJER Y SUS EMOCIONES*

Por lo general nosotras las mujeres vamos al matrimonio con elevados ideales y esperanzas. Queremos desesperadamente que sea un éxito.
Por ejemplo, nosotras queremos que el hombre sea lo bastante fuerte, seguro de sí mismo, inteligente y competente para satisfacer sus necesidades de seguridad emocional.



Subconscientemente nosotras buscamos un padre consentidor, y al mismo tiempo que sea firme, delicado y prudente; nosotras buscamos un amante que sea tierno y que nos controlé cuando estemos agresivas ¿apoco no?, pero también que sea comprensivo cuando necesitamos desahogarnos; un marido que se preocupe del hogar.



En resumen, lo que nosotras deseamos es un padre, un amante, un hombre mañoso (en el buen sentido) y un compañero.

Dicho de otra manera, un galán cinematográfico, un hombre de negocios con cartera en una mano y caja de herramientas en la otra y un padre sabelotodo jajajaja ¿Verdad?


Si nosotras las mujeres, esperamos una satisfacción instantánea de todas nuestras necesidades emocionales, y si descubrimos que nuestro marido no es mucho de lo que esperábamos, es fácil sentirnos desilusionadas.



Cuando la mujer llega a desilusionarse puede empezar a tratar de “ayudar a su marido”. Pues ella quiere mejorarlo. 



Lo último que el hombre necesita es llegar a casa para encontrarse con un montón de críticas.



Es verdad que la mujer necesita seguridad y amor, y también puede ser verdad que el hombre esté fallando, pero la mujer puede caer en la trampa de ser el peor enemigo de su marido, y un enemigo que causa más daño que ningún otro, y muchas veces cuando lo que el marido necesita es un fuerte apoyo de su mujer.



Si la mujer presiona demasiado a su marido, el matrimonio terminará en algo amargo.



Prov. 14:1 “La mujer sabia edifica su casa; más la necia con sus manos la derriba”.

La mujer quiere que se le haga sentir que es necesaria, que vale algo en el hogar. Por eso muchas buscan fuera del hogar sentirse necesarias, trabajando sin necesidad. Y a estas alturas, donde la sociedad te inyecta literalmente ideas de que el ser, ama de casa, no es bien valorado, nosotras las mujeres nos vamos con esa finta y nos dejamos llevar por este hueco pensamiento y así salimos de casa, en busca de un empleo, dejando nuestro hogar, hijos y esposo de lado, para servir a un amo que definitivamente no será quien venga a arreglar nuestro matrimonio si por esa causa se ve en destrucción.


Tan intensa es la necesidad de la mujer de tener una estrecha relación, que si no la puede conseguir de una forma, lo intentará de otra:.
El hogar, para ella es su nido y el descuido de parte del marido, equivale a un desprecio a su persona. 



*EL HOMBRE Y SUS EMOCIONES*
Vamos a hablar un poco con respecto al hombre, él quiere tener una mujer que le respete su identidad, y en sus áreas débiles que le entienda con mucho afecto, no que le recrimine como lo haría una madre, ni que lo hagan sentir un niño aunque se comporte como tal.

Él necesita una esposa-madre que no lo domine, y que sin embargo le sirva en sus necesidades; una amante que puede seducir y ser seducida, tanto si tiene apetito sexual como si no.
Una mujer que esté tan atractiva y que cuide la casa y los niños sin hacerle sentir culpable, cuando él no cumple su parte.
En otras palabras él quiere una esposa-madre-amante que todo lo perdona, que siempre ama y que todo lo comprende. Una combinación de madre que da su amor sin condiciones, estrella de cine que a la vez es buena ama de casa, una constructora de su ego, una hija obediente y adoradora que piense que siempre sus palabras son profundas o ingeniosas. ¡Casi nada!😁

El hombre es diferente que la mujer. Para el hombre, la extensión de su personalidad, es su trabajo o las metas que se ha propuesto, y que la gran mayoría de ellas están fuera del hogar. La característica natural de la mayoría de los hombres es ser conquistador, una vez conquistado un terreno, van tras otro. El hombre generalmente tiende a concentrarse en la ejecución de un proyecto, sin importarle los costos personales.

Y para muchos, el matrimonio fue ya una conquista, y creen que con sólo mantener el hogar es más que suficiente.



Cuando la Biblia nos dice en 1 Tim. 5:8 “Si alguno no provee para los suyos, y especialmente a los de su casa, ha negado la fe y es peor que un incrédulo.

No sólo se está refiriendo a lo económico. Tal vez en cuanto a lo económico estamos dando todo lo necesario, pero no es lo único, sino también dar: Amor, comprensión, paciencia, palabras de animo, prestar atención cuando me dice palabras no importantes para mí y más, cuando estoy viendo mi programa favorito. 



*ALGUNOS PUNTOS PARA TOMAR EN CUENTA EN NUESTRA RELACIÓN MATRIMONIAL*

1. SER TAN CONSIDERAROS EL UNO HACIA EL OTRO COMO LO SON HACIA LOS DEMÁS.
Los esposos y las esposas a menudo son más considerados hacia cualquier otra persona que entre ellos mismos. Por ejemplo, si el esposo derrama el café sobre el mantel de la mesa, la esposa puede decirle algunas cosas fuertes por haber pasado aquello. Pero si quien lo tira, es una visita, seguro que no hará nada por avergonzar.

2. DAR ATENCIÓN A LAS COSAS PEQUEÑAS.
Un capellán del ejército formuló una serie de preguntas a un gran número de jóvenes que parecían amar mucho a sus esposas. Les preguntó el por qué, y recibió algunas respuestas sorprendentes. 

-Ella me rasca la espalda.
-Ella me arregla las uñas.
-Ella me lava la cabeza. 
Muchas pequeñas cosas son muestras de consideración y expresiones de amor.

3. NO HAGAN COMPARACIONES.
Una de las trampas del diablo para traer desdicha en el amor de una pareja, es hacer que comparen a sus compañeros con otros. Esto trae una tremenda condenación sobre el matrimonio.


A veces estas comparaciones nunca se expresan, sólo se piensan. ¿Por qué mi cónyuge no actúa así? Tales ideas causan desdicha.



Muchas, pero muchas veces la otra persona a quien quieres que se parezca tu cónyuge, pueden ser cualquier cosa, menos lo que aparentan ser. Como el marido al que su mujer siempre le decía: -Tú debes ser como fulano. -Un día enfadado él de que le dijera esto, le contestó: -Bueno si quieres que sea como él, lo seré. -Y agregó: -¿Sabes tú que él anda con mujeres?



EL HOMBRE Y LA MUJER ANTE LA BIBLIA.

EL HOMBRE Y LA BIBLIA.

La gran mayoría de los hogares que conocen al Señor Jesucristo, están siendo empujados espiritualmente por la mujer, ellas son las que están viviendo y dirigiendo la vida cristiana dentro de la familia.


Ellas son las que están poniendo el ejemplo de orar y de leer la Biblia a sus hijos. Esto no es malo, pero ¿dónde está el hombre?

En un 90% de los casos en los cuales hemos tenido que platicar con parejas o con la mujer de un matrimonio; la queja casi siempre es la misma. Dice la mujer: -Lo único que quiero es que sea el HOMBRE de la casa, que sea él el que nos dirija espiritualmente, que nos dé el ejemplo a mis hijos y a mí de orar, que le pida a los hijos que lean su Biblia. -En una palabra lo que la mujer quiere, es que el hombre sea el líder espiritual del hogar. ¿Cierto?

No es que sea malo que la mujer sea espiritual, lo malo es que el hombre NO sea espiritual.



1 Cor. 11:3, 7-10 (Leer)
Comentarios como este se oyen a diario por todos lados -“Mi esposo es un buen hombre. Nunca falta a una reunión, rara vez llega tarde, Los dos somos cristianos que amamos al Señor, pero tuve que enfermar para que él orara por mí, y eso fue a causa de que yo se lo pedí. Él es bueno, se preocupa por mí, pero lo que yo quiero es que: él tome el liderazgo del hogar".

Esto es una triste realidad, hoy en día, ya que una gran mayoría de los hombres, y estoy hablando entre los cristianos, piensan que cumpliendo con la obligación de dar para la comida; no ser mujeriego, no tomar, no llegar a deshoras de la noche; ya se es un buen marido.





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